viernes, 2 de noviembre de 2012

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CENTRO DE BACHILLERATO TECNOLÓGICO AGROPECUARIO
“MIGUEL HIDALGO Y COSTILLA”
Nº 113. Parangarico, Yuriria, Gto.
SISTEMA ABIERTO DE EDUCACIÓN TECNOLÓGICA
AGROPECUARIA

3º  “BS” Técnico Básico

MATERIA:”VALORES”

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NOMBRE DEL ALUMNO: ABEL MORALES SOLORIO.
RODRIGO GOMEZ VARGAS
Mayra Solorio García

ASESOR: JESUS LEON
PARANGARICO, YURIRIA, GTO 

introduccion general


Este contiene trabajos de investigación que espero les sirva para poder aprender un poco de la historia de México y porte del mundo pero cada una de las entradas se especifica en algo que espero que nos ayude a conocer un poco más sobre nuestra cultura.
Creo que estos trabajos nos puedan servir mucho porque cada uno de ellos, no les voy a mentir de primero cuando miraba los temas me parecían muy aburridos pero ya al investigarlos y conocerlos un poco más a fondo me parecieron muy interesantes porque vas conociendo más y más del tema espero que sirva de algo.

LA HISTORIA


INTRODUCCION
La experiencia social es la base sobre la que construimos nuestra personalidad, esto es, el entramado, relativamente consistente, de las formas de pensar, sentir y actuar de una persona.
Las experiencias sociales se relacionan de forma sistemática con el desarrollo de los conceptos sociales. Ni unos ni otros son iguales. Se examinan los elementos de la interacción social en tanto que se relacionan con la formación de los conceptos morales y los conceptos convencionales sociales. Se empieza por definir los ámbitos que se investigan y los criterios que delimitan sus fronteras. Se estudian las relaciones entre la acción y el pensamiento. Se incluye un análisis de las fuentes de experiencia de los juicios sociales y se describen una serie de estudios sobre las interacciones sociales de los niños en un medio natural. Moralidad y convención social. Se definen estos conceptos y una serie de criterios delimitadores.















DESARROLLO TEMATICO
La historia social es la división de la ciencia histórica que toma como objeto (y por tanto define como sujeto de la historia) la sociedad en su conjunto, como reacción frente a la historia tradicional, de tipo fundamentalmente político y militar, que destacaba las figuras individuales (reyes, héroes...).
Aunque desde el mismo comienzo de la reflexión sobre la historia misma, con Heródoto y Tucídides, se pueden rastrear los intentos de ampliar el objeto y la concepción del sujeto de la historia, no es hasta el siglo XX, con la recepción del materialismo histórico de origen marxista y su adaptación con distintas modificaciones por parte de distintas escuelas de historiadores, sobre todo en Francia (escuela de Annales) e Inglaterra (Past and Present), cuando se desarrollan la historia económica y la historia social, íntimamente ligadas aunque la primera tiene un desarrollo bien diferente. Es muy usual definir el conjunto de las dos como historia económica y social. El enfoque llamado historia total también tendría imprecisas fronteras con la historia social, aunque en este caso se insistan en relacionar todos los aspectos posibles del pasado: los anteriores, más los ideológicos, culturales, mentalidades... (cada uno de los cuales tiene a su vez una historia sectorial).
El estallido actual de las teorías sociológicas no sólo tiene que ver con la historia de las ideas, sino que se inscribe dentro de una profunda mutación social que nos conduce al abandono de la representación clásica de la sociedad, esa que la concibe como un orden en el que podemos identificar la acción social con las "leyes" del sistema. De hecho, eso que llamábamos "la sociedad" ya no puede reducirse a un sistema integrado, un modo de producción y un Estado-nación. A partir de ahí, el propio objeto de la sociología cambia: debe describir "experiencias sociales", es decir, las conductas individuales de cada uno de nosotros. Éstas combinan varias racionalidades y varias lógicas, y se manifiestan como la yuxtaposición de las pertenencias comunitarias, los cálculos de mercado y las exigencias de la autenticidad individual. El único principio de unidad de la experiencia social es el trabajo sobre sí mismo que cada uno persigue para, de ese modo, poder percibirse como autor de su propia vida.

Socialización
El proceso de socialización se da en interacción con agentes significativos.
La socialización es un proceso por el cual el individuo acoge los elementos socioculturales de su ambiente y los integra a su personalidad para adaptarse en la sociedad. También, es la asunción o toma de conciencia de la estructura social en la que un individuo nace, y aprende a diferenciar lo aceptable (positivo) de lo inaceptable (negativo) en su comportamiento que se le llama socialización. La socialización se puede clasificar en tres etapas las cuales son: primaria, secundaria y terciaria.
La socialización es factible gracias a los agentes sociales, que se pueden identificar como la familia, la escuela, los iguales y los medios de comunicación. Además, son las instituciones e individuos representativos con capacidad para transmitir e imponer los elementos culturales apropiados. Los agentes sociales más representativos son la familia, porque posee un rol primordial ya que es el primer nivel social al que tenemos acceso y la escuela, ya que en la actualidad ha perdido su papel principal y la escuela es transmisora de conocimientos y de valores. También en al socialización una persona interioriza su cultura de una sociedad determinada. Existen distintos agentes socializadores: la familia, la escuela, los grupos de pares, el trabajo y los grupos políticos
Por lo general se distingue la socialización primaria —aquella en la que el infante adquiere las primeras capacidades intelectuales y sociales, y que juega el papel más crucial en la constitución de su identidad— de los procesos de socialización secundaria, en los que instituciones específicas como la escuela o el ejército proporcionan competencias específicas, más abstractas y definibles. Sin embargo, esto no implica que los efectos de la socialización secundaria sean menos duraderos o influyentes; a través de los mecanismos de control social, estos pueden resultar internalizados tan efectivamente como los adquiridos en la infancia. La experiencia social es la base sobre la que construimos nuestra personalidad, esto es, el entramado, relativamente consistente, de las formas de pensar, sentir y actuar de una persona. La socialización terciaria, se refiere al proceso de “transculturación”, cuando un individuo se incorpora a otra sociedad, con patrones culturales distintos a los aprendidos en los procesos anteriores. Los agentes de socialización para esta etapa son la ideología, religión, medios de comunicación, etc.


Esta socialización, es la primera por la que el individuo atraviesa en su niñez, y que por medio de ella se convierte en miembro de la sociedad. Esta se da en los primeros años de vida y se remite al núcleo familiar, se caracteriza por una fuerte carga afectiva. No obstante, la socialización del niño durante la infancia no forma una preparación capaz y precisa, sino que mientras crece y se desarrolla su ámbito le requiere nuevos paradigmas de conductas. Por lo cual, la socialización primaria termina cuando el concepto del otro generalizado se ha establecido en la conciencia del individuo. A esta altura ya el miembro es miembro efectivo de la sociedad. En esta fase también se aprende a captar la realidad. El hombre interioriza la cultura de la sociedad, le permite convertirse en un miembro que actúa de acuerdo a creencias, normas y valores, que tienen vigencia en su medio socio-cultural. Esta instancia hace posible la aprobación del patrimonio cultural.
Socialización Secundaria
El aprendizaje se refiere a la adquisición de nuevos recursos al repertorio de respuestas del individuo y en este sentido su alcance es más amplio, ya que no todo aprendizaje supone una socialización. Para que ésta resulte efectiva el punto de partida se inicia en la edad temprana con la asimilación de las estructuras cognitivas y las habilidades lingüísticas y comunicativas para, a través de las pautas de valores, normas y significados reconocidos, aprender la realidad y capacitar al sujeto para alcanzar contenidos significativos más extensos y lograr un proceso de interacción en el plano.




CONCLUSIÓN
La historia social es la división de la ciencia histórica que toma como objeto (y por tanto define como sujeto de la historia) la sociedad en su conjunto como reacción frente a la historia tradicional, de tipo fundamentalmente político y militar, que destaca las figuras individuales
Es incuestionable que las dos tomas de posición respecto de la historia contemporánea se han nutrido de las respectivas experiencias en contextos sociopolíticos diferentes. Asimismo, ambas han tenido que enfrentar distintos retos, frutos de diferentes y hasta opuesta tradiciones historiográficas y condicionantes ideológicas




PREHISTORIA


INTRODUCCIÓN
La protohistoria se denomina así por considerarse anteriores a los tiempos históricos, anteriores a los tiempos en los que la historia empieza a estar escrita. No todos los pueblos llegaron a este punto al mismo tiempo.
Las fuentes para su estudio son casi en su totalidad arqueológicas, aunque también se poseen tradiciones orales. Suele incluirse tanto en el estudio del final de la prehistoria, como en el inicio de la Historia Antigua.
Ésta es una época en la que las distintas civilizaciones se desarrollaron culturalmente, alcanzando el inicio de la escritura y de la metalurgia. Suele relacionarse con la Segunda Edad del Hierro, por ser ésta la última fase de la prehistoria.
  
DESARROLLO TEMATICO
Se denomina Protohistoria a la Segunda Edad del Hierro, que abarca desde el 500 a. C. aproximadamente, hasta la penetración de las tropas romanas en la Península Ibérica. Posee caracteres muy definidos y diferenciados para la Alta y Baja Extremadura en función de las influencias que recibe desde la Meseta o desde las zonas de la Turdetania. Casi todos los asentamientos de esta época, están relacionados con el control de la minería. Destacan cuatro metales en estos momentos, por la relativa facilidad de su obtención y por su abundancia en la región: oro, plata, cobre y estaño:
El oro es frecuente en la zona norte de la región (zona fronteriza con Portugal, El Jerte y valle de Alagón).
La plata aparece de una forma casi exclusiva en Badajoz en su límite con Ciudad Real, Córdoba y Sevilla, provocando unos fáciles accesos desde el sur-este de la región.
El cobre es menos abundante y está asociado a los distritos mineros onubenses en el sur de Badajoz de gran atracción sobre poblaciones orientales tempranamente explotados.
Por último, el estaño asociado al cobre aparece en la provincia de Cáceres al sur del Tajo.
La protohistoria es la época que se sitúa cronológicamente entre la Prehistoria y la Historia. Se encuentran dos acepciones:
Según la escuela francesa, una sociedad pertenece a la Protohistoria cuando, a pesar de ser una cultura ágrafa, se tiene noticias escritas sobre ella mediante fuentes indirectas: p.e., la cultura de La Tène y Hallstatt respecto a los escritores clásicos.
Según la escuela francesa, las sociedades protohistóricas son aquellas en la transición hacia la cultura escrita, a su vez, en proceso de formación de un Estado; en Europa, por tanto, haría referencia a la Edad de los Metales.
La protohistoria suele relacionarse con la Segunda Edad del Hierro, por ser ésta la última fase de la prehistoria. Dentro del período protohistórico en Europa se desarrollaron numerosas entidades políticas semi centralizadas, que coincidieron con el inicio de la escritura y de la metalurgia. Esas civilizaciones produjeron documentos epigráficos breves y posteriormente crónicas extensas, considerándose ese punto Historia Antigua.
El paso a la metalurgia del hierro significará una nueva tecnología y con ello la posibilidad de una mayor dureza del armamento y del utillaje agrícola, de tal manera que el bronce quedará relegado a vasijas, adornos, estatuillas, con la ventaja de la mayor facilidad de obtención por encontrarse mejor repartido y su proceso de transformación no significa demasiados problemas comparados con los del bronce.
Los vetones se aliaron con los lusitanos para luchar contra los romanos. La cerámica que componen posee unas tan características peculiares que se determina como un aspecto cultural representativo de este pueblo.

Sin embargo, el pueblo prerromano de los vetones moraba no solamente las provincias de Cáceres y Badajoz, sino también otros territorios de la Península Ibérica como parte de las actuales provincias de Zamora, Salamanca, Ávila y Toledo.
Se divide en dos grandes periodos: Paleolítico (500.000 años a. C. hasta 3.000 años a.C.) y el Neolítico situado a partir de esos 3.000 años a. C. El Paleolítico, a su vez, se divide en inferior o primitivo y superior. Todo en este terreno es dudoso y más que historia es arqueología cuyos descubrimientos permanentemente modifican las teorías previamente establecidas. No obstante, podemos decir que el hombre tiene su origen en Africa y que penetra en la Península Ibérica a través de los Pirineos por cuanto el Estrecho de Gibraltar se convertía en una barrera insalvable por la falta de conocimientos para la navegación del hombre primitivo. En definitiva, el género humano llega a nuestra península desde Africa en un largo viaje de miles de años que le lleva por todo el Norte de Africa, bordeando el Mediterráneo para recorrer todo el Sur de Europa y entrar finalmente en la Península Ibérica.

Así llegamos al Neolítico. En Europa del año 3.000 al 2.000 a.C. Egipto y Caldea estaban desde antes del 3.000 a.C. en plena época histórica. El Homo Sapiens ha formado, tras eliminar al Hombre de Neandertal, el primer sustrato humano de la Península.
Por los Pirineos, a partir de los últimos dos siglos del II Milenio a.C. y durante cerca de 700 años, se introducirán distintas oleadas celtas en la Península que se imponen de forma brutal a la población existente ocupando el Norte y el Noroeste de la Península llegando hasta la actual Extremadura. Junto a los Celtas, el segundo gran conjunto de pueblos invasores de la Península, desde finales del II Milenio a.C., es el de los íberos con doble procedencia: una principal indoeuropea, que va a ocupar todo el litoral mediterráneo oriental y parte del Centro y del Sur de la Península, y otra africana instalada en las costas del Sureste.
Aunque, históricamente importante, evitaremos hablar del mítico Reino de Tartessos. Tanto Celtas como Iberos combinaron su sangre con el sustrato humano que habita la Península y convergen mediante actividades de guerra y paz en la Meseta Central dando origen a los Celtíberos.
Debe afirmarse que los pueblos prerromanos de Iberia no formaban ninguna unidad. Ni entre celtas e íberos había unidad. Ni entre los propios celtas, ni entre los propios íberos había unidad. Sólo existía, quizá, ese sentimiento o entre los celtíberos. No obstante, la organización existente, de todos ellos celtíberos incluidos, puede definirse como tribal.
Y esta es la Península que encuentran pueblos colonizadores, los primeros los fenicios, que fundan Cádiz en el año 1.100 a.C. o, según otros especialistas, no antes del siglo VIII a.C. con lo que, entonces, habrían sido los griegos los primeros colonizadores en llegar a la Península a la que llamaran Iberia.
Hacia el año 600 a.C. los griegos, instalados en todo el litoral mediterráneo oriental, empiezan a tener problemas con los fenicios y los púnicos, una colonia fenicia norteafricana, en el Sur de la Península. No obstante, los fenicios desaparecerán de la Península cuando en el año 573 a.C. Fenicia cae a manos del Rey de Babilonia Nabucodonosor. La labor fenicia será continuada por los púnicos o cartagineses. Los púnicos derrotarán a los griegos en el año 535 a.C. en la Batalla de Alalia y así obtendrán el monopolio del comercio en el Mediterráneo Suroccidental. Es en estas fechas cuando en la región italiana del Lazio nace Roma.
Griegos, Fenicios y Púnicos entrarán en relación mucho más directa con los pueblos íberos que con los celtas lo que convierte a los primeros en los pueblos más desarrollados de la Península. Del pueblo íbero queremos señalar su denominada devotio iberica , una relación de fidelidad hasta la muerte de algunos guerreros con su Jefe, fundamental en la organización de sus castas guerreras que como mercenarios obtuvieron fama entre griegos, cartagineses y, más tarde, romanos. También queremos señalar su culto a los muertos, especialmente, a sus Caudillos.

A partir del año 535 a.C Iberia es testigo del desarrollo del Imperio Cartaginés, primero comercial, pero que con la expansión de Roma cobrará una significación militar. En el año 348 a.C. Cartago y Roma establecen un tratado que marca los límites de la influencia púnica en Iberia en la actual Murcia. El afán expansionista de Roma dará lugar a la primera guerra púnica por la que Cartago pierde Córcega, Cerdeña y Sicilia a favor de Roma con lo que Iberia cobra enorme importancia para los cartagineses.

Amílcar Barca se presenta en Cádiz con un poderoso ejército cartaginés. Ya no comercian. Ahora guerrean contra los íberos. Los cartagineses avanzan por el litoral Mediterráneo hacia el Norte. Amilcar Barca muere en batalla contra los indígenas íberos. Le sucede su yerno Asdrúbal con una política más diplomática con los íberos. Asdrúbal fundará Cartagena y sigue avanzando hacia el Norte. En el año 226 a.C. cartagineses y romanos firman un nuevo tratado por el que los límites de la presencia púnica en Iberia se trasladan hasta el Ebro. Asdrúbal muere en el año 221 a.C. Anibal, hijo de Amilcar Barca, toma el mando cartaginés. En el año 219 a.C. Anibal ataca Sagunto, ciudad amiga de Roma.

Sagunto se defiende heroicamente contra un ejército que dispone de absoluta superioridad y resistiendo el asedio durante 8 meses. Sagunto se convierte, por su comportamiento en una de las raíces de la tradición hispánica: la capacidad de resistencia hasta la muerte empezaba a ser una constante de la tenacidad cívica del sustrato humano de Iberia.

Roma, a raíz dela ataque cartaginés contra Sagunto, declara la Guerra a los púnicos. Será la segunda guerra púnica y significará la entrada de Roma en la Península Ibérica.




CONCLUSIÓN

La Protohistoria se sitúa cronológicamente entre la Prehistoria y la Historia.
Las fuentes para su estudio son casi en su totalidad arqueológicas, aunque también se poseen tradiciones orales. Teniendo en cuenta que los milenios que van desde la invención de la escritura en distintos focos en todo el mundo, de los que Oriente Próximo fue el primero hasta su difusión por todo el mundo particularmente para Europa y la cuenca del Mediterráneo en el caso citado pueden utilizarse las fuentes escritas por griegos, fenicios, hebreos o egipcios para el estudio de ese tiempo.
Ésta es una época en la que las distintas civilizaciones se desarrollaron culturalmente, alcanzando el inicio de la escritura y de la metalurgia.
Suele relacionarse con la Segunda Edad del Hierro, por ser ésta la última fase de la prehistoria.

LA EDUCACIÓN COMO LIBERACIÓN SOCIAL


INTRODUCCIÓN

Desde la antigüedad, la educación ha sido considerada como un importante instrumento en la configuración del ser humano, para hacer de él un ser mejor y más pleno.   Sin embargo, y sin olvidar este rasgo de la educación, a lo largo de la historia ha ido cambiando su función y significado, en relación al momento histórico de las sociedades humanas. 
Una de estas maneras de entender qué es la educación, es aquella que la define como un proceso de emancipación o liberación del ser humano.  De esta misma definición se infiere, por lo tanto, el papel que la educación debería jugar dentro del contexto social, esto es, la de servir de medio de liberación del sujeto.
Considero que esta definición de educación es la que más se ajusta a una visión que, desde una perspectiva humanista y dentro de la mejor tradición filosófica, enfatiza el papel central del hombre y de las múltiples posibilidades que tiene, de realizarse íntegramente en tanto ser humano.



DESARROLLO TEMATICO

Este modo de educación busca, más bien, multiplicar las formas de enajenación que se derivan de un sistema opresivo.
De ahí que se sigan reproduciendo y fomentando métodos educativos que ven al educando como un ser pasivo, marginal e ignorante.  Se debe romper con esta visión del proceso educativo, pues  tanto el alumno como el maestro o el padre y el hijo, aprenden mutuamente, lo cual no significa, como malintencionadamente se afirma en ocasiones, derivar en un relativismo en el que cada cual hace lo que le parezca.  Afirmar que en un proceso de educación ambas partes aprenden significa estar abierto a nuevas consideraciones y posibilidades de aprendizaje, dado que el ser humano nunca termina de aprender.  Además, también involucra la idea de responsabilidad, pues no se trata de hacer lo que me parezca, sino de hacer lo que mejor contribuye a mi realización como ser humano.
Otro rasgo fundamental de una verdadera pedagogía liberadora, es el de fomentar en el sujeto  un pensamiento crítico,  incentivándole a asumir una actitud cuestionadora de  la realidad en la que está inmerso.  En este sentido, la educación adquiere  el papel de instrumento político, en tanto que se constituye en la herramienta idónea de renovación y transformación de los seres humanos y la sociedad en la que viven.
De los muchos pensadores que han propuesto esta manera nueva de entender la Pedagogía, está Paulo Freire.  Este reconocido educador brasileño es en los últimos tiempos, tal vez, quien más ha insistido en el papel liberador de la educación. 
Para  él, una verdadera educación sólo es posible en tanto tenga como objetivo primordial la humanización de la sociedad, lo que  únicamente se dará en cuanto tal educación persiga la liberación del individuo.  Por eso mismo, Freire se opone a la tradicional forma de enseñar, esto es, aquella en la que el educando es pasivo y sólo acepta mansamente lo que la autoridad, sea el padre o el maestro le da, sin cuestionarlo.  Dicho tipo de educación ha fomentado seres pasivos que aceptan todo sin poner en duda si eso que se les dice es verdad.  Claro, esta forma de educar favorece a un sistema que lo único que busca es hacer de las personas seres consumistas, pues eso beneficia al “mercado”, ese ámbito mágico y misterioso que lo resuelve todo.  En un sistema perverso como el capitalismo, lo mejor que puede pasar es contar con un rebaño obediente y codicioso, y no con seres pensantes y cuestionadores.
En efecto, una educación liberadora, humanizante, se convierte en un instrumento político efectivo para llevar a cabo la transformación del entorno social del individuo.  Si una educación real busca liberar al hombre, esto sólo será posible en tanto se tenga clara conciencia del papel político que juega la educación.  Y tómese en cuenta que me refiero a la política y no a la politiquería, que es lo que nuestros mal llamados gobernantes hacen con ella.
Ver la educación liberadora como un instrumento político significa que aquella fomenta y estimula una conciencia crítica en la persona para que, como ciudadano libre y responsable, pueda incidir en la realidad social a la que pertenece.  Tal incidencia no puede ser otra que la búsqueda de la transformación de su entorno para hacer de este, el ámbito propio e ideal donde pueda realizarse plenamente.  Por eso mismo debe cambiarse la visión que se tiene de educación y debe configurarse una nueva, ya no de forma vertical sino horizontal. 
Esto no significa más que ser conscientes de que, tanto el maestro como el alumno, están al mismo nivel y ambos aprenden recíprocamente en dicho proceso sin olvidar, obviamente, las diferencias de cada uno pero sin que esas diferencias sean expresadas en términos de una relación de poder, que subyuga a quien está en desventaja.
De ahí, pues, la necesidad de enfatizar sobre la importancia de la filosofía y de cómo ésta puede estimular en los seres humanos ese pensamiento crítico que hace de los seres humanos verdaderos ciudadano.
La liberación, es un movimiento educativo cuyo principal representante es el pedagogo brasileño Paulo Freire (1921-1997). La educación liberadora es un proceso de concienciación de la condición social del individuo, que la adquiere mediante el análisis crítico y reflexivo del mundo que la rodea. La principal obra de Freire es Pedagogía del oprimido (1969), donde es tratado este tema en profundidad. Se refiere a la liberación de la pedagogía bancaria de la que somos presos desde nuestros inicios en la educación lo que nos limita la posibilidad de creación de nuestros propios conocimientos, fomentando la reproducción sin análisis ni comprensión de los temas que se nos están enseñando.
Se trata de una forma de entender la educación que se ubica en una horizontalidad de las relaciones humanas, y que, por tanto, implica el diálogo y la continua reflexión acerca de la propia realidad a lo largo del proceso educativo. Se considera liberación porque pretende una suerte de reencuentro de los seres humanos con su dignidad de creadores y participantes activos en la cultura que los configura. Por todo esto, en el método pedagógico freiriano, al mismo tiempo que una persona adulta aprende a leer y escribir, recupera el dominio de la propia vida y analiza, mediante una reflexión en común con otros seres humanos, su realidad. En este análisis, se buscan las causas que inciden en un estado determinado de la cultura, y se detectan las inercias y fuerzas que impiden la expresión y realización de las personas. Se dice, entonces, que la persona en cuestión ha tomado conciencia, o se ha concientizado. Es importante resaltar que esto jamás puede ser producto de un adoctrinamiento o manipulación por parte de otros, sino que el sujeto debe hallar por sí mismo su camino en la vida.
Paulo Freire llamó, como hemos dicho, educación bancaria a aquella que nos aleja de la comprensión de nuestras circunstancias sociales, y que genera la pasividad y el fatalismo en los sujetos. Esto ocurre debido a una escuela concebida según una relación unidireccional en la que uno enseña y otro aprende, sin que los roles cambien. Se adquiere entonces la falsa idea de que hay sabios absolutos e ignorantes también absolutos. Otra obra pedagógica de Paulo Freire es "La educación como práctica de la libertad".
Sabemos y estamos conscientes que la educación es el producto del proceso de socialización de la sociedad en su conjunto, es decir, la educación nació desde la aparición del hombre, donde a través de las diferentes necesidades que tuvo (alimentación, protección, comunicación, integración, etc.) buscó las soluciones de sobrevivencia, a partir de ello nació el aprender de la experiencia y así la enseñanza de generación, hasta lograr una cultura propia innata y empírica.

Si recordamos los contextos históricos de la educación que tocó vivir nuestros primitivos protagonistas, de colonización en colonización entre diferentes culturas, pues palpitaron una vivencia siempre en busca de mejores condiciones para la futura generación, de cómo fueron oprimidos, torturados, esclavizados, discriminados, desterrados y puestas en prueba de sangre, es evidente que, en ese entonces nuestra educación era más sana, solidaria, reciproco, cooperativo, equitativo, propia y basada en las experiencias de la vida, aunque no había escuelas, colegios, institutos ni universidades, pero existía educación.
Lo que queremos que nuestra sociedad tome en cuenta que la educación, el aprender, la enseñanza, está en lo "yo" personal, en la familia, en la comunidad y en la sociedad viviente de un Estado, y no así en las escuelas, colegios, institutos, universidades, sino estas son solamente centros de perfeccionamiento del saber y conocimiento científico, sin embargo, la educación, el aprender y la enseñanza en lo ético, en lo moral y cosmos-visiva viene de la experiencia generacional de la humanidad. A partir de ello, justificamos que la educación es un instrumento de liberación en la y para la humanidad.
Actualmente hablamos de una descolonización como un instrumento para la liberación de la sociedad, sin embargo, esa estructura clasista, racista y oponente se convierte en una herramienta política ideológica al pie de la humanidad que no deja del progreso ni desarrollo de un proyecto de país. Por ello, las experiencias y exigencias de vida individual, familiar, comunal y social está en pos de su progreso para discernir una educación propia orientada a su contexto vivencial y la liberación de las mayorías sociales e indígenas.
Los dos pilares en que se fundamenta la Educación Social son las bases sociopolíticas y las raíces antropológicas.
La eclosión de la Educación Social pueda ser explicada en función de factores tan diversos como el contexto social, la aparición de nuevas políticas sociales, las formas de cultura predominantes, la economía y el entorno pedagógico dentro del cual se desarrolla, a lo que habría que añadir la instauración del Estado del Bienestar.
La teoría crítica nace asociada a la reivindicación social. Se invoca a la formación y la educación como los protagonistas de la conciencia emancipatoria; dado que será imposible la sociedad justa sin conflictos, éste buscará su transformación en el análisis crítico. La Educación Social se considera un instrumento de liberación. El educador social es un provocador, cómplice de un malestar cognitivo en el educando: provoca al interrogante sobre la validez de lo establecido, así como la motivación de la transformación.





CONCLUSION

La educación es la base o pilar fundamental para definir nuestro concepto de persona, ésta debe ser abierta a la renovación pedagógica y a la participación, que sea un espacio de la comunidad para la conjunción, el desarrollo personal y la realización de todos desde nuestra diversidad cultural y social, que invite a integrarse a la construcción de cada región y del país.
Por otro lado, la educación es un proceso por el cual se inculca en la persona los conocimientos y los valores que le resultaran imprescindibles para su vida social.