INTRODUCCION
La experiencia social es la base sobre la que
construimos nuestra personalidad, esto es, el entramado, relativamente consistente,
de las formas de pensar, sentir y actuar de una persona.
Las
experiencias sociales se relacionan de forma sistemática con el desarrollo de
los conceptos sociales. Ni unos ni otros son iguales. Se examinan los elementos
de la interacción social en tanto que se relacionan con la formación de los
conceptos morales y los conceptos convencionales sociales. Se empieza por
definir los ámbitos que se investigan y los criterios que delimitan sus
fronteras. Se estudian las relaciones entre la acción y el pensamiento. Se
incluye un análisis de las fuentes de experiencia de los juicios sociales y se
describen una serie de estudios sobre las interacciones sociales de los niños
en un medio natural. Moralidad y convención social. Se definen estos conceptos
y una serie de criterios delimitadores.
DESARROLLO TEMATICO
La historia social es la división de la ciencia histórica
que toma como objeto (y por tanto define como sujeto de la historia) la
sociedad en su conjunto, como reacción frente a la historia tradicional, de
tipo fundamentalmente político y militar, que destacaba las figuras
individuales (reyes, héroes...).
Aunque desde el mismo comienzo de la reflexión sobre la
historia misma, con Heródoto y Tucídides, se pueden rastrear los intentos de ampliar
el objeto y la concepción del sujeto de la historia, no es hasta el siglo XX,
con la recepción del materialismo histórico de origen marxista y su adaptación
con distintas modificaciones por parte de distintas escuelas de historiadores,
sobre todo en Francia (escuela de Annales) e Inglaterra (Past and Present),
cuando se desarrollan la historia económica y la historia social, íntimamente
ligadas aunque la primera tiene un desarrollo bien diferente. Es muy usual
definir el conjunto de las dos como historia económica y social. El enfoque
llamado historia total también tendría imprecisas fronteras con la historia
social, aunque en este caso se insistan en relacionar todos los aspectos
posibles del pasado: los anteriores, más los ideológicos, culturales, mentalidades...
(cada uno de los cuales tiene a su vez una historia sectorial).
El estallido actual de las teorías sociológicas no sólo
tiene que ver con la historia de las ideas, sino que se inscribe dentro de una
profunda mutación social que nos conduce al abandono de la representación
clásica de la sociedad, esa que la concibe como un orden en el que podemos
identificar la acción social con las "leyes" del sistema. De hecho,
eso que llamábamos "la sociedad" ya no puede reducirse a un sistema
integrado, un modo de producción y un Estado-nación. A partir de ahí, el propio
objeto de la sociología cambia: debe describir "experiencias
sociales", es decir, las conductas individuales de cada uno de nosotros.
Éstas combinan varias racionalidades y varias lógicas, y se manifiestan como la
yuxtaposición de las pertenencias comunitarias, los cálculos de mercado y las
exigencias de la autenticidad individual. El único principio de unidad de la
experiencia social es el trabajo sobre sí mismo que cada uno persigue para, de
ese modo, poder percibirse como autor de su propia vida.
Socialización
La socialización es un proceso por el cual el individuo
acoge los elementos socioculturales de su ambiente y los integra a su
personalidad para adaptarse en la sociedad. También, es la asunción o toma de
conciencia de la estructura social en la que un individuo nace, y aprende a
diferenciar lo aceptable (positivo) de lo inaceptable (negativo) en su comportamiento
que se le llama socialización. La socialización se puede clasificar en tres
etapas las cuales son: primaria, secundaria y terciaria.
La socialización es factible gracias a los agentes
sociales, que se pueden identificar como la familia, la escuela, los iguales y
los medios de comunicación. Además, son las instituciones e individuos
representativos con capacidad para transmitir e imponer los elementos
culturales apropiados. Los agentes sociales más representativos son la familia,
porque posee un rol primordial ya que es el primer nivel social al que tenemos
acceso y la escuela, ya que en la actualidad ha perdido su papel principal y la
escuela es transmisora de conocimientos y de valores. También en al
socialización una persona interioriza su cultura de una sociedad determinada.
Existen distintos agentes socializadores: la familia, la escuela, los grupos de
pares, el trabajo y los grupos políticos
Por lo general se distingue la socialización primaria
—aquella en la que el infante adquiere las primeras capacidades intelectuales y
sociales, y que juega el papel más crucial en la constitución de su identidad—
de los procesos de socialización secundaria, en los que instituciones
específicas como la escuela o el ejército proporcionan competencias específicas,
más abstractas y definibles. Sin embargo, esto no implica que los efectos de la
socialización secundaria sean menos duraderos o influyentes; a través de los
mecanismos de control social, estos pueden resultar internalizados tan
efectivamente como los adquiridos en la infancia. La experiencia social es la base sobre la que construimos nuestra
personalidad, esto es, el entramado, relativamente consistente, de las formas
de pensar, sentir y actuar de una persona. La socialización terciaria, se
refiere al proceso de “transculturación”, cuando un individuo se incorpora a
otra sociedad, con patrones culturales distintos a los aprendidos en los
procesos anteriores. Los agentes de socialización para esta etapa son la
ideología, religión, medios de comunicación, etc.
Esta socialización, es la primera por la que el individuo
atraviesa en su niñez, y que por medio de ella se convierte en miembro de la
sociedad. Esta se da en los primeros años de vida y se remite al núcleo
familiar, se caracteriza por una fuerte carga afectiva. No obstante, la
socialización del niño durante la infancia no forma una preparación capaz y
precisa, sino que mientras crece y se desarrolla su ámbito le requiere nuevos
paradigmas de conductas. Por lo cual, la socialización primaria termina cuando
el concepto del otro generalizado se ha establecido en la conciencia del
individuo. A esta altura ya el miembro es miembro efectivo de la sociedad. En
esta fase también se aprende a captar la realidad. El hombre interioriza la
cultura de la sociedad, le permite convertirse en un miembro que actúa de
acuerdo a creencias, normas y valores, que tienen vigencia en su medio
socio-cultural. Esta instancia hace posible la aprobación del patrimonio
cultural.
Socialización
Secundaria
El aprendizaje se refiere a la adquisición de nuevos
recursos al repertorio de respuestas del individuo y en este sentido su alcance
es más amplio, ya que no todo aprendizaje supone una socialización. Para que
ésta resulte efectiva el punto de partida se inicia en la edad temprana con la
asimilación de las estructuras cognitivas y las habilidades lingüísticas y
comunicativas para, a través de las pautas de valores, normas y significados
reconocidos, aprender la realidad y capacitar al sujeto para alcanzar
contenidos significativos más extensos y lograr un proceso de interacción en el
plano.
CONCLUSIÓN
La
historia social es la división de la ciencia histórica que toma como objeto (y
por tanto define como sujeto de la historia) la sociedad en su conjunto como
reacción frente a la historia tradicional, de tipo fundamentalmente político y
militar, que destaca las figuras individuales
Es
incuestionable que las dos tomas de posición respecto de la historia
contemporánea se han nutrido de las respectivas experiencias en contextos
sociopolíticos diferentes. Asimismo, ambas han tenido que enfrentar distintos
retos, frutos de diferentes y hasta opuesta tradiciones historiográficas y
condicionantes ideológicas
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