viernes, 2 de noviembre de 2012

LA CONQUISTA, LA COLONIA, LA INDEPENDENCIA, EL PORFIRIATO Y LA REVOLUCIÓN MEXICANA


INTRODUCCIÓN
A lo largo de la historia nuestro país ha pasado por muchos eventos en los que el ser humano va sufriendo cambios en sus formas de organización y vida social debido a los distintos períodos que fueron surgiendo una por consecuente de otra.
Se tiene como objetivo identificar en cada época la situación social y organizativa de nuestro país para iniciar la lucha por nuestra independencia que tenía como objeto la igualdad de derechos entre españoles y mexicanos
A la llegada de los europeos, México era un mosaico de pueblos y culturas. Después de la conquista, durante 300 años de coloniaje, se fue constituyendo un país con cierto grado de homogeneidad y rasgos comunes. En los albores del siglo XIX con la independencia que se alcanza del imperio español, se inicia el proceso de integración definitivo que da lugar al México contemporáneo. A lo largo del siglo XIX se suceden guerras y disputas intestinas, además de varios intentos de avasallamiento por parte de potencias extranjeras. En ese entonces México perdió cerca de la mitad de su territorio, después de lo cual empezó su consolidación como nación libre y soberana.




DESARROLLO TEMATICO
La Conquista de México se refiere principalmente al sometimiento del estado mexica o azteca, logrado por Hernán Cortés en el nombre del rey Carlos I de España y a favor del Imperio español entre 1519 y 1521. El 13 de agosto de este último año, la ciudad de México-Tenochtitlan cayó en poder de los conquistadores españoles, después de dos años de enconados intentos bélicos, políticos y conspirativos, en los que participaron junto con los españoles invasores, los pueblos previamente avasallados por los mexicas, en un afán por rebelarse —aprovechando la alianza circunstancial de los recién llegados— de las condiciones de sojuzgamiento en que vivían.
Con la llegada de los españoles, la isla de Cuba se hallaba dominada y gobernada por Diego de Velázquez.
Enterados de que en el continente existía un gran Estado, centro del imperio azteca, Velázquez comisiona a su compañero y secretario Hernán Cortés para conquistar esa zona (que actualmente ocupa el territorio mexicano).Se organizó una expedición que partió en febrero de 1519, con 11 navíos, 690 hombres y 16 caballos. Cortés recorrió las costas de Yucatán, hasta alcanzar San Juan de Ulúa, y fundó la ciudad de Villarrica de la Veracruz.
El Jefe de los Aztecas, desde 1502, era Moctezuma. Creyó que los españoles eran enviados por el Dios Quetzalcoatl. Los indígenas fueron vencidos en Cholula, por los españoles. Éstos, al mando de Hernán Cortés, llegaron a la capital del imperio, Tenochtitlán, el 8 de noviembre. Los aztecas se sublevaron y atacaron a los españoles. Moctezuma fue herido en la revuelta y falleció tres días después.
Cortés evacuó la ciudad, debido a la grave situación, en la llamada "noche triste", el 30 de junio de 1520. Fue atacado y perseguido por los furiosos indígenas, pero logró alcanzar la población de Tacuba. Cortés siguió avanzando y logró derrotar nuevamente a los aborígenes en el valle de Otumba.
Hernán Cortés concentró sus fuerzas y armamentos. El 30 de mayo de 1531 comenzó el sitio a Tenochtitlán, y el 13 de agosto de 1531, tomó nuevamente, la ciudad. Costó miles de vidas y edificios en ruinas.
Los españoles comenzaron la reconstrucción y se creó el Cabildo. Carlos V lo nombró a Cortés, en octubre de 1522, Gobernador, Capitán General y Justicia Mayor de Nueva España.


LA COLONIA
El periodo conocido como la Colonia o Virreinato empieza en el siglo XVI, cuando los españoles, al mando de Hernán Cortés conquistaron la antigua México-Tenochtitlan. Así fundaron la Nueva España, nombre que los conquistadores le dieron a la actual ciudad de México. También se conoce esta etapa con el nombre de virreinato porque el país, durante el tiempo que duró, fue gobernado por un representante del rey de España que tenía el título de virrey.

Es muy raro que haya épocas que abarquen exactamente una cifra decimal redonda, pero en nuestra historia colonial así es, ya que se considera que esta etapa empieza estrictamente en el año de 1521, cuando cayó en poder de los españoles la antigua ciudad de México-Tenochtitlan, y termina en 1821, año en el que se declaró la Independencia de México.

Así pues el periodo de la Colonia abarca 300 años y está usualmente dividido en tres periodos: el primero, y más antiguo el que corresponde al siglo XVI y abarca todo lo que pasó en la Nueva España desde 1521 hasta 1600; el segundo, el del siglo XVII , que comprende lo sucedido entre 1601 y 1700, y finalmente, el tercero y último, el del siglo XVIII mexicano y que va de 1701 y 1800.

Los 21 años que faltan para llegar a 1821 ya pertenecen al siglo XIX, y todavía son parte de la historia de la Colonial, aunque los historiadores les conceden a esos años finales del Virreinato el apelativo de periodo, “de transición”, ya que la lucha iniciada por Miguel Hidalgo y Costilla contra el dominio del gobierno español en la Nueva España había comenzado en 1810 dando lugar así al nacimiento de México.

La importancia de la época de la Colonia es determinante tanto para la historia de nuestro país como nación independiente como para la historia de todo Occidente, ya que, a partir de ese momento, América entró a formar parte del mundo que hasta entonces conocían los europeos.

En la época de la Colonia la religión católica ganó nuevos e importantes territorios, cambió el lenguaje, la traza de las ciudades, las manifestaciones culturales y artísticas y se inició el mestizaje o sincretismo, es decir la mezcla entre los conquistadores y los conquistados, combinación que definió el carácter actual que tienen hoy todas las naciones llamadas latino o hispanoamericanas.

Para entender cabalmente la complejidad de la época de la Colonia en México habría que analizar, en un principio, dos tipos de dominación española: la conquista militar y la conquista espiritual, y después, adentrarse en cómo fue el establecimiento de las ciudades españolas, cuál la situación de los naturales, cómo estaba constituido y cuál era el funcionamiento del gobierno colonial; la importancia de las autoridades eclesiásticas, las nuevas formas de moral y también el terror que inspiró el Santo Oficio todo ello sin olvidar, por supuesto, los estratos o castas de los que estaba compuesta la sociedad colonial.

No menos importante fue, por supuesto, el arte y la cultura en la Colonia que en cada siglo XVI, XVII y XVIII tuvo manifestaciones particulares, la vida cotidiana y el surgimiento del criollismo, de donde salió el conjunto de hombres que, finalmente, habrían de terminar con la Colonia y con la dependencia que, de España, tenía México antes de llamarse como hoy se llama.



Independencia de México
La Independencia de México fue la consecuencia de un proceso político y social resuelto por la vía de las armas, que puso fin al dominio español en los territorios de Nueva España. La guerra por la independencia mexicana se extendió desde el Grito de Dolores, el 16 de septiembre de 1810, hasta la entrada del Ejército Trigarante a la Ciudad de México, el 27 de septiembre de 1821.
El movimiento independentista mexicano tiene como marco la Ilustración y las revoluciones liberales de la última parte del siglo XVIII. Por esa época la élite ilustrada comenzaba a reflexionar acerca de las relaciones de España con sus colonias. Los cambios en la estructura social y política derivados de las reformas borbónicas, a los que se sumó una profunda crisis económica en Nueva España, también generaron un malestar entre algunos segmentos de la población.
La ocupación francesa de la metrópoli en 1808 desencadenó en Nueva España una crisis política que desembocó en el movimiento armado. En ese año, el rey Carlos IV y Fernando VII abdicaron sucesivamente en favor de Napoleón Bonaparte, que dejó la corona de España a su hermano José Bonaparte. Como respuesta, el ayuntamiento de México —con apoyo del virrey José de Iturrigaray— reclamó la soberanía en ausencia del rey legítimo; la reacción condujo a un golpe de Estado contra el virrey y llevó a la cárcel a los cabecillas del movimiento.
A pesar de la derrota de los criollos en la Ciudad de México en 1808, en otras ciudades de Nueva España se reunieron pequeños grupos de conjurados que pretendieron seguir los pasos del ayuntamiento de México. Tal fue el caso de la conjura de Valladolid, descubierta en 1809 y cuyos participantes fueron puestos en prisión. En 1810, los conspiradores de Querétaro estuvieron a punto de correr la misma suerte pero, al verse descubiertos, optaron por tomar las armas el 16 de septiembre en compañía de los habitantes indígenas y campesinos del pueblo de Dolores (Guanajuato), convocados por el cura Miguel Hidalgo y Costilla.
A partir de 1810, el movimiento independentista pasó por varias etapas, pues los sucesivos líderes fueron puestos en prisión o ejecutados por las fuerzas leales a España. Al principio se reivindicaba la soberanía de Fernando VII sobre España y sus colonias, pero los líderes asumieron después posturas más radicales, incluyendo cuestiones de orden social como la abolición de la esclavitud. José María Morelos y Pavón convocó a las provincias independentistas a conformar el Congreso de Anáhuac, que dotó al movimiento insurgente de un marco legal propio. Tras la derrota de Morelos, el movimiento se redujo a una guerra de guerrillas. Hacia 1820, sólo quedaban algunos núcleos rebeldes, sobre todo en la sierra Madre del Sur y en Veracruz.
La rehabilitación de la Constitución de Cádiz en 1820 alentó el cambio de postura de las élites novohispanas, que hasta ahí habían respaldado el dominio español. Al ver afectados sus intereses, los criollos monarquitas decidieron apoyar la independencia de Nueva España, para lo cual buscaron aliarse con la resistencia insurgente. Agustín de Iturbide dirigió el brazo militar de los conspiradores, y a principios de 1821 pudo encontrarse con Vicente Guerrero. Ambos proclamaron el Plan de Iguala, que convocó a la unión de todas las facciones insurgentes y contó con el apoyo de la aristocracia y el clero de Nueva España. Finalmente, la independencia de México se consumó el 27 de septiembre de 1821.



Porfiriato
Después de la muerte del presidente Benito Juárez, en 1872, la lucha por el poder político se centró en los tres personajes más importantes del momento: Sebastián Lerdo de Tejada, José María Iglesias y Porfirio Díaz.
Esta situación prolongó los largos años de enfrentamientos armados, que venían desde que México se había independizado del imperio español y cuyo resultado fue sumir al país, cada día de manera más profunda, en el caos y la miseria de la gran mayoría de la población.
La lucha entre las diferentes facciones termina al proclamar Porfirio Díaz el Plan de Tuxtepec, mediante el cual derroca al entonces presidente Sebastián Lerdo de Tejada, por su intención de reelegirse.
Díaz contó con la alianza de José María Iglesias, a quien posteriormente hizo a un lado, y se levantó con el poder político, para no dejarlo por cerca de 34 años.
Porfirio Díaz Mori nació el 15 de septiembre de 1830 en la ciudad de Oaxaca, en el seno de una familia modesta, y quedó huérfano a muy temprana edad. Aunque ingresa como seminarista y poco después realiza estudios de abogacía, no concluye ninguna de estas carreras.
En 1855 se une al general José María Herrera para apoyar la revolución de Ayutla, y en esta actividad como militar pronto logra alcanzar el grado de capitán de infantería de la Guardia Nacional.
En la carrera castrense, Díaz obtiene rápidos ascensos y en noviembre de 1859 alcanza el grado de coronel. No corrió con la misma suerte en su trayectoria como político, ya que tuvo una discretísima actuación como diputado; sus fortalezas se encontraban en el área de la milicia.
Durante la intervención francesa en México, Porfirio Díaz interviene en muchas acciones de guerra; pero fue el 2 de abril de 1867 cuando obtiene un brillantísimo triunfo al tomar la ciudad de Puebla, dando prácticamente la victoria definitiva a las fuerzas nacionales que combatían a Maximiliano de Habsburgo.
Una vez que la República fue restaurada con la derrota de las fuerzas imperiales y Benito Juárez asumió la presidencia, Porfirio Díaz se levantó en armas contra la reelección de Juárez, como también lo había hecho contra la reelección de Lerdo de Tejada.
En la primera no tuvo éxito y debió aceptar forzadamente la amnistía; en cambio, en la segunda ocasión -mediante el triunfo del Plan de Tuxtepec y después de un interinato en la presidencia de José María Iglesias-, Porfirio Díaz fue por fin electo presidente de México.
Ya instalado en la cúspide del poder político del país, Porfirio Díaz fue aprovechando las oportunidades para cambiar la Constitución Política, a fin de que fuera aceptada la reelección del presidente, primero por un periodo, para después permitirla de manera indefinida.
Las múltiples reelecciones de Porfirio Díaz permitieron que el país gozara de varias décadas sin guerras o levantamientos armados mayores. La paz abrió camino al desarrollo económico y la creación, por ejemplo, de una fuerte infraestructura ferrocarrilera.
Esta situación hizo posible que los negocios tuvieran un ambiente muy favorable, sobre todo los extranjeros, que ingresaron a México de manera amplia, por el afán del presidente Díaz de que la sociedad mexicana estuviese a la altura y se pareciese a la de los civilizados países europeos y, en lo tecnológico, a la de Estados Unidos. La única manera de alcanzar ese propósito era que la civilización se instalara en México a través de las empresas extranjeras.
El periodo en que Porfirio Díaz ocupó la Presidencia de la República, conocido como Porfiriato, representó para México años de estabilidad social y política, así como de crecimiento económico.
No obstante, dicho periodo también provocó la polarización de la sociedad mexicana, particularmente entre los muchos campesinos y obreros que vivían prácticamente en la miseria, la naciente clase media que encontraba obstruidos todos los caminos para el progreso familiar y personal, y los muy pocos dueños de la riqueza, que disfrutaban del poder político al amparo del régimen porfirista.
Porfirio Díaz había luchado contra la reelección de los presidentes y fue por ello que la contradicción de su prolongada permanencia en el poder tuvo como consecuencia el estallido armado de la sociedad mexicana, abriendo paso a la Revolución Mexicana que puso fin a su dictadura





Revolución mexicana
La Revolución mexicana fue un conflicto armado, iniciado el 20 de noviembre de 1910 con un levantamiento encabezado por Francisco I. Madero contra el presidente Porfirio Díaz. Se caracterizó por varios movimientos socialistas, liberales, anarquistas, populistas y agrarios. Aunque en principio era una lucha contra el orden establecido, con el tiempo se transformó en una guerra civil; suele ser considerada como el acontecimiento político y social más importante del siglo XX en México.
Los antecedentes del conflicto se refieren a la situación de México bajo el Porfiriato. Desde 1876 el general oaxaqueño Porfirio Díaz encabezó el ejercicio del poder en el país de manera dictatorial. La situación se prolongó por 33 años, durante los cuales México experimentó un notable crecimiento económico y estabilidad política. Estos logros se realizaron con altos costos económicos y sociales, que pagaron los estratos menos favorecidos de la sociedad y la oposición política al régimen de Díaz. Durante la primera década del siglo XX estallaron varias crisis en diversas esferas de la vida nacional, que reflejaban el creciente descontento de algunos sectores con el Porfiriato.
En sus orígenes, las primeras tentativas revolucionarias, inspiradas por Francisco Madero Pretendían el derrocamiento de Porfirio Díaz, que se había mantenido en el poder durante más de treinta años.
Tras el triunfo de los maderistas, la necesaria reconstrucción del país se vio dificultada por las disputas entre las propias facciones revolucionarias. Emiliano Zapata Francisco Villa Venustiano Carranza VICTORIANO HUERTA ALVARO OBREGÓN
FCO. I. MADERO
Después del asesinato de Madero, hubo nuevas luchas en las que triunfó Venustiano Carranza, quien promulgó la constitución de 1917. Paso decisivo para la organización del estado posrevolucionario. No obstante, los sectores más radicales de la revolución mantuvieron la lucha hasta 1920. La revolución mexicana nació en un panorama de insatisfacción contra la política elitista y oligárquica de Porfirio Díaz, que había favorecido a los estamentos más privilegiados, sobre todo a los terratenientes y a los grandes capitalistas industriales. Si bien el país gozaba de prosperidad económica, las continuas reelecciones de Díaz causaban insatisfacción política entre las nacientes clases medias, en tanto que los beneficios de la prosperidad no habían alcanzado a los grupos más pobres de la sociedad.
CONCLUSIÓN


Finalmente las situaciones que acontecieron en cada época sirvieron, especialmente la guerra de independencia, para que nuestro país fuera libre de conquistadores que en gran medida tenían como objeto la esclavitud y la desigualdad en derechos.
Además del gran esfuerzo que hicieron los protagonistas de estas etapas pues gracias a las propicias organizaciones sociales se obtuvieron muchos logros, como que se creara la primera constitución, la cual valió para que se respetaran los derechos de los mexicanos y hubiera igualdad entre los extranjeros de clase dominante.
Hoy en día se festejan los aniversarios tanto de la independencia como de la revolución ya que fueron acontecimientos muy importantes para nuestro país.







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